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Autor: Jefferson Gonzales
Proyectos V
EL contacto directo con la realidad
es parte del saber reconocer la problemática por la que está pasando en nuestro
alrededor, la disyuntiva del querer mejorar como humanos no hace más que dañar
la existencia del mismo hombre.
El presente ensayo nos detalla a la
perfección la realidad por la que
nuestro entorno se ve dañado por la subsistencia del hombre, como le dan
énfasis a la vida vehicular dejando de lado el flujo peatonal, como lo rural se
ve entrelazado con lo urbano de manera abrupta, son más que pocos detalles que
el hombre ha olvidado y ver que todo esto se resume en un recorrido, una senda
para lograr el conocimiento errado con la que el mismo ser humano a nacido,
causa indignación ya que somos causantes del daño hacia nuestra propia
generación.
Bajo el sol latente de aquella mañana, donde
el viento sopla tan libremente y las piedras cantan tan plácidamente por el
pasar de la gente, sobre aquel cerrito con relieves empinadas donde el hombre
vive tan confortablemente, bajo un techo y junto al calor de su sangre. Pues
ahí me encontraba, tan sumiso y errante en un mundo tan distante.
Caminaba con el cantico de las
piedras, hacia una morada humilde, donde se encontraba una niña de sonrisa y
mirada alegre, vestida de uniforme, llevando sobre sus hombros un morral y
sobre su voluntad las ganas de poder llegar a ser una gran profesional.
Así comienza nuestro sendero que es
un breve recorrido con el sol insistente
desde su humilde morada hasta su segunda casa que no es nada más que su
olvidado colegio; caminamos a paso firme y ligero sobre todo el sendero, para
luego bajar de aquel cerro donde se encuentra ubicado su humilde hogar; al
bajar de esta zona rural me puse a pensar durante unos cuantos segundos como la
vida misma está dividida entre dos conceptos tan simples pero a la vez tan
complejos y es que el hombre no se da cuenta, los omite o simplemente no le
interesa el concepto urbano- rural.
¿Es acaso que el hombre solo diseña
sendas utópicas para su bienestar mas no para el bienestar de los demás? , Me
pregunte y me respondí. – sendas erradas y caminos utópicos son los que el
hombre nos ha entregado a través del tiempo por la falta de identidad hacia un
determinado lugar.
Desperté anonadado al seguir
mirando los senderos utópicos en las que el hombre sigue trabajando
supuestamente para el bienestar de la gente, y no es más que un error constante
y elocuente el dar prioridad al flujo vehicular y no a su misma gente.
Que quede claro que las sendas
utópicas que yo mismo he definido no son pensamientos errantes sino que pueden
ser grandes proyecciones para una
calidad de vida más interesante. Es solo que el hombre en calidad de homo
sapiens busca la conformidad de sí mismo y no de los demás.
Para ser más amena la compañía de
la niña cuyo nombre es Karina le
pregunté: ¿Qué es lo que
te gustaría que tenga tu colegio si llegase a ser remodelado? Y
ella entre risas me respondió: - talleres para un mejor aprendizaje.
Seguimos caminando y un tanto
cansados nos detuvimos en un paradero descuidado, con fierros oxidados y con
poca proyección de sombra para los ciudadanos, encontrándonos en un lugar más
urbanizado , después del breve descanso continuamos con el recorrido y nos
dimos cuenta que no habían veredas para el flujo peatonal y si habían solo eran
unas cuantas, luego pasamos por un puente y la única forma de pasar era hacia
los costados pues habían veredas estrechas con poco espacio para poder circular
y solo las pistas eran las únicas protagonistas con una proporción de uno a
seis aproximadamente.
Entre camino y camino conversamos,
le pregunte: ¿Cómo vas con tus cursos? .Y ella me respondió: -Bien, que solo
tenía complicaciones con física elemental y conversamos mucho sobre diversos
temas y es así que se hizo amena el sendero hacia su colegio.
Después de cruzar el puente nos
encontramos con dos institutos, era ya medio día y en la hora de salida el
alumnado provoca un caos peatonal impidiendo el paso en la vereda, teniendo
como aliados a los vendedores ambulantes propios del lugar, obteniendo así
contaminación visual y auditiva, donde para la gente no es nada más que una
costumbre del día a día.
Caminando juntos sobre aquella
vereda, bajo la sombra de las edificaciones propias de la ciudad nos
encaminamos rumbo a colegio, pero antes de llegar nos recibió aquel espacio
público, en la que no era más que la triste proyección de un hombre sin
imaginación pues dicho espacio público pedía a gritos una remodelación, donde
el mobiliario urbano no era más que concreto desnudo ente los rayos del sol y
los árboles no eran más que unas estatuas sin expresión facial, pues su función
era la de generar sombra.
Finalmente llegamos al colegio José
Quiñonez Gonzales, entre risas tomamos
un breve descanso ella entre voces me conto lo que en su mente imagino, y me
expreso, que al caminar nunca ha percibido la decadencia en la que el hombre ha
construido y no es nada más que pistas y caminos sin sentido.
Pues yo admirado y un poco atónito
le respondí de manera directa y concisa, que estaba adquiriendo un sentimiento
que todo arquitecto debería tener y desarrollarlo con optimismo; así estudie o
no arquitectura, todos deberían concientizar los sentimientos de nuestro propio
lugar para luego así poder cuidar.
Me quede admirado de aquella niña
pues ella sin saber la definición de arquitectura tuvo una gran reflexión que
era la de cuidar el lugar y proteger el lugar donde ella pudo crecer, admirado
y entre risas el timbre del colegio cantaban para solo ser escuchados por el
alumnado, pues ella tuvo que entrar y yo tuve que partir.
Un recorrido de cuarenta y cinco
minutos aproximadamente, una anécdota interesante pues se pudo conocer gran
parte de la realidad en un corto tiempo, sin más que decir me despido pues
simplemente he sido tu conciencia después que cierres este ensayo no seré más
que tu reflejo tú decides si tirarme o concientizarme.
Gran parte del poder conocer
nuestra ciudad o una parte de ella es la tener conciencia y motivación para
poder cambiar las sendas utópicas que el mismo hombre ha creado. Si es cierto
que estamos en un gran error ya que sembramos en nuestra memoria conceptos
totalmente errados. La utopía no es más que una pequeña proyección de lo que en
realidad deseamos ser, ya sea por necesidad o por deseo propio, si lo tomamos
en temas un tanto arquitectónicos pasa totalmente lo mismo ya que el hombre no
busca más que solo su satisfacción para su propio egocentrismo, el ser humano
tiene que cambiar porque a medida que
pasa el tiempo solo está obteniendo su destrucción, grandes ejemplos a nivel de
arquitectura encontramos espacios públicos sin sentido donde su función es la
de brindar descanso y un buen confort pero lamentablemente no es así pensamos
de manera equivocada. La única manera de poder solucionar estos errores es al de conocer el lugar e identificarse con
el entorno como si fuera parte de nosotros mismos.
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